

Cuidados esenciales para un perro con Megaesófago
El megaesófago en perros no tiene cura definitiva, pero con rutinas de cuidado específicas tu perro puede disfrutar de una buena calidad de vida.
La clave está en la alimentación adaptada, la postura correcta al comer y la prevención de complicaciones.
Alimentación adaptada
🍲 Comidas pequeñas y frecuentes → en lugar de dos raciones grandes al día, reparte la comida en 3–5 tomas.
🥄 Textura adecuada → cada perro responde distinto: algunos toleran mejor papillas líquidas, otros pequeñas “albóndigas” húmedas o pienso remojado.
💧 Agua controlada → evita que beba grandes cantidades de golpe; es mejor ofrecer agua en pequeñas tomas y, si es posible, en gelatina o espesada.
Postura al comer: la importancia de la silla Bailey
🪑 La silla Bailey es una herramienta fundamental. Permite que el perro coma y permanezca en posición vertical, ayudando a que los alimentos bajen al estómago gracias a la gravedad.
⏱️ Mantén a tu perro erguido 20–30 minutos después de cada comida para reducir el riesgo de regurgitación y aspiración.
👉 En Mega-Dog compartimos guías y recursos prácticos para que aprendas a usarla de forma segura.

Prevención de complicaciones
⚠️ La complicación más frecuente del megaesófago es la neumonía por aspiración. Para prevenirla:
✅ Observa si tu perro tose, tiene fiebre o presenta dificultad respiratoria.
✅ Mantén siempre limpio el entorno tras una regurgitación.
✅ Acude al veterinario de inmediato si notas cambios en su respiración o estado general.
Cuidados adicionales en el día a día
🏠 Entorno tranquilo: evita el estrés y las prisas durante las comidas.
🚶 Ejercicio moderado: paseos y juegos suaves, nunca justo después de comer.
🛏️ Descanso con inclinación: algunos perros descansan mejor en camas ligeramente elevadas para mantener la cabeza por encima del cuerpo.
👩⚕️ Revisiones veterinarias periódicas: fundamentales para ajustar el tratamiento y evaluar posibles enfermedades asociadas.
Tu papel como cuidador
Cuidar de un perro con megaesófago requiere paciencia, constancia y mucho cariño.
Con una rutina adecuada, una alimentación adaptada y el apoyo de tu veterinario, tu compañero podrá disfrutar de una vida plena y feliz.